Quantcast
Channel: Teatro Blog - Cine Blog - Literatura Weblog
Viewing all articles
Browse latest Browse all 3269

"ÉRASE UNA VEZ EN .. LONDRES ... MARY"

$
0
0

Blog de literatura japonesa antigua, de Jordi Escurriola,
http://www.japocat.blogspot.com


M A R Y


la casa de Mary y Eric Doitch

Mary tiene los ojos azules, la piel rosada y cabellos de oro viejo. Se sorprende de todo como una niña y tiene una mirada ensoñadora.

Mary se sentaba justo en el pupitre delante de mi y nuestra amistad fue inmediata. Ella y yo fuimos los alumnos más entusiastas del profesor Parker. Eramos siempre los primeros en llegar y a veces nos encontrábamos en la cafetería del Polytechnic of Central London antes de entrar en clase. Todavía conservo algunos libros muy antiguos sobre el arte del diseño japonés que Mr. Parker, así lo llamábamos nosotros, me regaló.

Una tarde, las clases empezaban a las seis, había llovido mucho y Mary, siempre atenta a la belleza de las cosas, me indicó la ventana. Un arco iris esplendoroso se dibujaba en el cielo de Londres.El viento después de la tormenta había limpiado las nubes y en el azul incipiente el abanico de colores era impresionante. Me dijo que le gustaba tanto que lo pintaría. Esa fue la primera referencia que me hizo sobre su pintura.

Mary pintaba payasos, acróbatas,vagabundos, marionetas manipuladas por hombres y mujeres de islas remotas, pavos reales arrojados de algún paraíso desconocido, viejos actores obligados a actuar en el gran teatro del mundo, el escenario menos adecuado para sus interpretaciones. Cuando la conocí ya era una artista reconocida con varias obras en museos modernos en Estados Unidos y colecciones privadas y era profesora de arte en un instituto al sur de Londres. Estaba casada con un exiliado austríaco que huyó del nazismo vienés y se trasladó a la capital inglesa con sus dibujos tristes y cuadros de hombres perdidos. Él se dedicaba a comprar bibliotecas enteras de casas solariegas inglesas, buscaba obras que habían hecho las delicias de lectores recogidos en sus mansiones delante de un buen fuego mientras la lluvia azotaba los cristales de las ventanas.

Un día me invitó a una exposición de sus obras cerca de Piccadilly Circus. Fui con Vicky y Mayte. Mary nos presentó a Eric, su marido y nos habló de sus cuadros. Fue la primera de las tres exposiciones a las que asistí y me impresionó la calidad de su pintura. Sus personajes eran corpóreos, macizos, con una gama extensa de colores sobrios, elaborados hasta la extenuación. Sus azules del mundo del circo eran intensos, destacando aún más el blanco de los rostros enjutos y el maquillaje negro de los ojos que parecían ensimismados en un paraje detrás del espectador que nadie salvo él podía vislumbrar. Recuerdo uno con una mujer que arropa con un tul blanco transparente el cuerpo relajado del payaso dormitando bajo un árbol, y el de una mujer jugando con un perro mientras detrás de ella se eleva un arco iris hermoso como un aura. Les expliqué a Vicky y a Mayte cómo Mary se había inspirado en aquel arco iris pero no me hicieron mucho caso. Vicky me dijo unas horas más tarde que tanta pintura la abrumaba y que con un par de cuadros ya tenía bastante, aunque luego me confesó que era la primera vez que iba a una exposición.

Fui solo a segunda exposición, Vicky no estaba receptiva y Mayte había vuelto a Villaviciosa de Odón. La galería había reunido a tres artista: una pintora, una escultora y una dibujante, Mary. Se había inspirado en Goya y plasmó con carboncillo la miseria de un albergue para alcohólicos y vagabundos cerca del instituto donde enseñaba. Todos los personajes aparecían en sepias y ocres con sus rostros deformados por la bebida y las enfermedades, sus manos pidiendo lismona parecían rastrojos, sus cuerpos retorcidos se apoyaban en las paredes del metro revolcándose en sus propias heces mientras los transeuntes pasaban por su lado con gestos de repugnancia.

Nuestras clases de japonés avanzaban lentamente y compartíamos todas nuestras dudas y descubrimientos. A veces eramos sólo un puñado de estudiantes y algunos japoneses que asistían para aprender inglés con nuestras traducciones entrecortadas y vacilantes; ellos, a su vez, leían los textos para acostumbrarnos a la pronunciación vertiginosa de su lengua.

Una noche el grupo decidió celebrar una cena por ser fin de curso y fuimos a un restaurante chino, en aquella época no había ningún restaurante japonés conocido en Aldwych, todavía no había llegado el furor por el sashimi y el sushi que arrasarían en los años venideros. Eramos unos ocho, Mary la única mujer, y fue una cena muy distendida y agradable. Al inicio del nuevo curso sólo Mary y yo seguimos siendo los alumnos más fieles de Mr. Parker. Había aprendido japonés en Tokio durante la segunda guerra mundial. Fue oficial de enlace entre los ejércitos inglés y americano y hablaba la lengua con fluidez pero nunca nos comentó nada de su literatura ni nos leyó nada fuera de los libros de texto. Usábamos los libros que estudiaban los niños japoneses y fueron muy instructivos y prácticos, llenos de dibujos que hacían las delicias de Mary.

Un día me dijo que cenaban con Elias Canetti, el futuro Nobel de literatura. Era amigo de Eric y compartía con ellos el amor por los libros y la pintura. Años más tarde, en Barcelona, leí su “Auto da fe” y no me sorprendió su Nobel de literatura.

Se compraron una casa en Bolingbroke,Lincolnshire, una antigua vicaría con jardín, varias habitaciones, dos estudios separados donde ambos pintaban sus mundos respectivos y donde las ventanas aplomadas abiertas a la naturaleza filtraban una luz tenue que amarilleaba los lomos de sus libros que decoraban las paredes de todas las habitaciones.

Hace treinta años que nos escribimos puntualmente, ella con una letra preciosa en papel cebolla que compra en una vieja tienda , yo con mis letras deformadas de tanto copiar caracteres japoneses. Me cuenta sus lecturas, ricas, espléndidas, sus descubrimientos de libros viejos, llenos de ilustraciones, sus dudas con textos japoneses de los que me hace partícipe y los dos buceamos en diccionarios y gramáticas en busca del significado perdido.

Eric murió hace seis años. Todos los periódicos ingleses se hicieron eco del deceso y The Times le dedicó un artículo magnífico sobre su vida y su obra.

Mary sigue en su casa decorada de hiedra, con su estanque donde navegan diminutos peces de colores buscando su salida a un mar utópico. Toma apuntes para cuadros venideros, su pincel siempre límpio, presto a captar todos los colores y crear uno nuevo que refleje exactamente no lo que su ojo ve sino el que intuye encerrado en todas las cosas.



Mary's Pyramus and Thilbe



Mary's The Rainbow


o&o

Otros articulos relacionados de este autor son: "Héctor", "Enriqueta", "Nora", "Berkeley Square", "Bob", "Cristina", "Daniel", "Delia", "Don José", "Estrasburgo", "Foyles", "Karlsruhe", "La biblioteca", "La mujer de la lavandería", "Marius", "Mary", "Miss Sweety", "Nicole", "Orange", "Serge", y "Wissembourg".


Viewing all articles
Browse latest Browse all 3269